Javier Cansado Inaugura las Fiestas de San Julián con un Pregón Cargado de Humor y Surrealismo
Las fiestas de San Julián en Cuenca han sido inauguradas de manera muy especial gracias al humorista Javier Cansado, quien ofreció un pregón memorable repleto de risas y surrealismo. Debido a las inclemencias meteorológicas que afectaron a la capital conquense, la celebración tuvo lugar en el Auditorio de Cuenca, pero esto no impidió que el ambiente festivo se apoderara del recinto.
Cansado, conocido por su estilo humorístico inconfundible, decidió hacer una ingeniosa analogía de las diversas etapas de su relación con Cuenca utilizando los estilos pictóricos de Pablo Picasso. Comenzó su relato por una fase "rosa", que hizo eco de su infancia vivida en la ciudad. Recordó con nostalgia cómo su familia se trasladó a Cuenca por el trabajo de su abuelo y cómo su padre era parte de la banda municipal. “Cuenca era todo para mí”, compartió Cansado, evocando la magia de su niñez, llena de aventuras en un entorno que le parecía infinito.
Las anécdotas fluyeron naturalmente, y el humorista relató tiernos momentos de su infancia, como cuando pescaba cangrejos en el río Júcar. “Les decía a mis compañeros que el Júcar era más grande que el Amazonas y que tenía el agua calentita”, confesó entre risas, recordando su carácter exagerado. Asimismo, compartió su fascinación por las primeras fiestas de San Julián, donde, de niño, esperaba a ver a los artistas y toreros en las puertas del hotel Alfonso VIII. Sin embargo, reveló su aversión a los fuegos artificiales, que en algunas ocasiones le provocaron más de un susto, destacando con humor que “esta ceja la tengo rota de una caña que me dio”.
Al profundizar en su historia, Cansado admitió que vivió un periodo "negro" en su relación con Cuenca, al pasar más de veinte años enfocado en su carrera y trabajando junto a figuras como Faemino y Antonio Resines. No obstante, su regreso a la ciudad hace una década fue un reencuentro mágico, encontrando una Cuenca “impresionante, fantástica, limpia y ordenada”. Aunque prometió que en cada visita disfrutaría de churros y escalaría al Cerro Socorro, confesó entre risas que “una de las dos cosas no la he cumplido”.
La intervención de Cansado concluyó con una divertida revelación sobre su nueva etapa con la ciudad: la cubista. Esta fase insólita nació de una conversación ficticia con un águila que se expresaba en subjuntivo mientras él pedaleaba hacia Palomera. Antes de despedirse, Cansado dejó a los conquenses un consejo humorístico: “No os fiéis nunca de un águila que utiliza el subjuntivo ni de lo que os cuenta un cómico madrileño”.
El encendido humor de Cansado ha inyectado un aire fresco y divertido al inicio de las fiestas de San Julián, convirtiendo este pregón en un evento inolvidable que resonará en la memoria de los conquenses.
La noticia original sobre el pregón de Javier Cansado puede consultarse en el Diario de Castilla-la Mancha.
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