Comienzo de la Identidad Personal en las Primeras 24 Horas Post Fecundación

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Sergio Ramirez chef

El Dr. Jan Tesarik, destacado experto en reproducción asistida y director de la Clínica MARGen de Granada, ha revelado un nuevo estudio que explora la adquisición de la identidad personal humana desde enfoques científicos y teológicos. Bajo el título «When the Human Being Gains Personal Identity: Synthesis of Scientific Data and Biblical Exegesis from Christian Viewpoint», Tesarik combina los últimos hallazgos sobre el desarrollo embrionario con la interpretación bíblica cristiana.

El estudio determina que la identidad personal se establece durante la cariogamia, un evento crucial que tiene lugar entre 22 y 24 horas después de la fecundación, cuando los genomas paterno y materno se fusionan. Según Tesarik, este momento define la creación de un genoma único e irrepetible que permanecerá constante a lo largo de la vida, lo que califica al embrión como una persona desde una perspectiva biológica y ética.

El análisis destaca el paralelismo entre la ciencia y las Escrituras, que describen la concepción como un evento único, no un proceso prolongado. Esto genera importantes implicaciones éticas, ya que sugiere que el embrión merece el mismo respeto y protección que cualquier ser humano desde la cariogamia.

Además, Tesarik plantea cuestiones éticas cruciales sobre el manejo de embriones en técnicas de reproducción asistida, especialmente en contextos donde se producen más embriones de los necesarios o se seleccionan por características genéticas. Califica de inaceptable la destrucción de embriones sanos y destaca que el objetivo de la ciencia debe ser curar, no descartar.

El estudio también discute posibles conflictos entre la madre y el embrión, subrayando que la supervivencia de la madre debe ser prioritaria cuando su vida está en peligro. Tesarik defiende que se debe proporcionar a los futuros profesionales de la medicina una formación ética adecuada para diferenciar entre usos legítimos y manipulaciones de tecnologías reproductivas.

Finalmente, el autor destaca que los avances científicos están abriendo nuevas posibilidades para tratar enfermedades embrionarias antes del nacimiento, viendo a los embriones como pacientes con derechos plenos. Tesarik concluye que el futuro de la medicina reproductiva debe centrarse en el tratamiento y cuidado de los embriones, afirmando que el respeto por la vida comienza desde su inicio.