Un reciente informe elaborado por un comité de 50 expertos del Gobierno ha generado un intenso debate sobre el uso de dispositivos móviles e internet entre los más jóvenes. La propuesta sugiere limitar el acceso a pantallas, sugiriendo que los menores no deberían utilizar ningún tipo de dispositivo digital hasta los 6 años y que, hasta los 16, se recomienda el uso exclusivo de teléfonos analógicos sin acceso a internet.
Julio García Gómez, analista de comunicación de la Fundación Casaverde, respalda esta iniciativa y aboga por un «stop al móvil» que permita potenciar habilidades esenciales como la fluidez verbal, la creatividad y la capacidad de comunicación. Según él, es crucial que las familias implementen prácticas que fomenten la conversación y la expresión.
En este marco, García Gómez ofrece una serie de pautas prácticas para las familias, enfatizando la importancia de la interacción verbal. Sugerencias como realizar ejercicios lúdicos para mejorar la comunicación, practicar juegos que involucren la voz y el lenguaje no verbal, y gestionar las emociones a través de técnicas de comunicación efectiva, son solo algunos de los consejos propuestos.
El experto también destaca la necesidad de crear y respetar normativas familiares sobre el uso de dispositivos móviles y pantallas. De esta manera, se promueve un ambiente en el que tanto adultos como menores se comprometan a reducir su dependencia tecnológica.
Para alcanzar estos objetivos, se recomienda dedicar tiempo diario a debates familiares sobre diversos temas. Establecer un espacio para la conversación, lejos de las pantallas, se vuelve crucial para desarrollar habilidades de diálogo y fomentar una mejor comunicación entre padres e hijos.
Asimismo, se sugieren juegos creativos que involucren a todos los miembros de la familia, como adivinar palabras, describir objetos o realizar entrevistas. Estas actividades no solo hacen más amena la interacción familiar, sino que también ayudan a activar el efecto “stop al móvil”, promoviendo mejores habilidades comunicativas y un desarrollo emocional saludable en los menores.
La iniciativa ha despertado una amplia variedad de reacciones en la sociedad, invitando a una reflexión sobre cómo el uso de la tecnología está moldeando las dinámicas familiares y la comunicación entre generaciones.