Toledo ha vivido un invierno inusualmente cálido, lo que ha llevado a un notable retraso en el uso de sistemas de calefacción, chimeneas, estufas y braseros. Sin embargo, con la llegada de los meses más fríos, la región ha experimentado un incremento alarmante en los incendios en viviendas, un problema que se repite cada año en esta época.
De acuerdo con el Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha, entre el 1 de diciembre de 2024 y el 1 de abril de 2025 se registraron un total de 98 incendios en viviendas en toda la región. Este servicio, que está bajo el ala de la Consejería de Hacienda, Administraciones Públicas y Transformación Digital, se encarga de coordinar los esfuerzos de los bomberos, personal sanitario, fuerzas de seguridad y voluntarios de Protección Civil.
Durante este periodo crítico, 24 personas resultaron afectadas, en su mayoría por inhalación de humo y gases. Aunque se reportaron 15 incendios menos en comparación con el invierno anterior, el número de personas afectadas ha aumentado ligeramente, incluyendo una víctima mortal en incidentes relacionados.
Uno de los casos más trágicos ocurrió en Quintanar del Rey, donde una estufa de leña mal mantenida causó la intoxicación de varias personas, resultando en la muerte de un joven de 22 años. Las investigaciones han revelado que la acumulación de hollín en las chimeneas fue responsable de aproximadamente el 70% de los incendios registrados, destacando la necesidad de realizar un mantenimiento adecuado para prevenir estas situaciones.
Las provincias de Toledo y Guadalajara fueron las más afectadas, con 27 y 24 incidentes respectivamente. Los bomberos intervinieron en 94 de los 98 incendios, y en casi la mitad de los casos se solicitó asistencia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) para atender a los afectados.
Frente a esta preocupante situación, el Servicio de Emergencias 1-1-2 ha realizado un llamado a la prevención. Recomiendan llevar a cabo un mantenimiento regular de los aparatos de calefacción, prestando especial atención a las chimeneas, así como estar alerta a los síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, que incluyen mareos o dolores de cabeza. En caso de emergencia, es crucial ventilar el espacio afectado y consultar a personal sanitario si los síntomas persisten. La seguridad en el hogar durante el invierno depende en gran medida de estas recomendaciones preventivas.
vía: Diario de Castilla-La Mancha
