Hace 40 años, el 12 de junio de 1985, España firmaba su adhesión a las Comunidades Europeas en un acto que tuvo lugar en el Salón de Columnas del Palacio Real. Este momento histórico representó un cambio significativo para el país y regiones como Castilla-La Mancha, que vislumbraban en Europa una oportunidad de futuro. A lo largo de estas cuatro décadas, esa promesa se ha convertido en realidad, transformando la vida de sus habitantes.
Desde su ingreso en 1986, Castilla-La Mancha ha recibido más de 12.000 millones de euros en fondos europeos, permitiendo una transformación profunda en la infraestructura de la región. Carreteras, centros de salud, hospitales y escuelas han visto la luz gracias a estos recursos, mejorando la calidad de vida tanto en zonas rurales como urbanas. Europa ha sido sinónimo de convergencia y desarrollo para este territorio.
El sector agrario, fundamental para la economía regional, ha encontrado un apoyo clave en la Política Agraria Común (PAC). Los agricultores y ganaderos de Castilla-La Mancha han podido modernizar sus explotaciones y enfrentar crisis, contribuyendo a la fijación de población en el medio rural. La región continúa siendo esencialmente agrícola, y el desarrollo rural ha permitido avanzar de manera inclusiva.
Además, los jóvenes de Castilla-La Mancha se han beneficiado enormemente del proyecto europeo. Programas como Erasmus+ han abierto nuevas oportunidades, permitiendo que miles de jóvenes estudien y trabajen en otros países. Este legado está relacionado con la figura de Manuel Marín, un político natural de Ciudad Real que jugó un papel crucial en la integración de España en la Comunidad Económica Europea y en la creación del programa Erasmus. En su honor, el gobierno regional le rindió homenaje con un monumento en el parque que lleva su nombre en Ciudad Real, coincidiendo con el 40 aniversario de la adhesión española a la Unión Europea.
Castilla-La Mancha está ahora firmemente integrada en las instituciones europeas, con una Oficina en Bruselas y participación activa en el Comité Europeo de las Regiones. La región lidera redes en sectores como el vino, el desarrollo rural y la innovación agrícola, contribuyendo a la construcción de una gobernanza compartida en Europa.
La experiencia de la Unión Europea ha sido una fuente de financiación, pero también de valores fundamentales como la democracia, la paz y la solidaridad. Los retos contemporáneos, como la despoblación y el cambio climático, requieren respuestas europeas. Castilla-La Mancha está preparada para contribuir a estos desafíos, especialmente a través de su ejecución de los fondos Next Generation.
En las últimas cuatro décadas, el PIB per cápita de la región ha aumentado significativamente, alcanzando cerca del 73 por ciento de la media europea, marcando un progreso notable en la reducción de brechas internas. Hoy, más municipios tienen acceso a servicios básicos como la fibra óptica y la educación infantil, lo que mejora la calidad de vida de sus habitantes.
Al conmemorar este aniversario, Castilla-La Mancha reafirma su compromiso con el proyecto europeo, honrando a quienes han hecho posible esta integración. La región no solo se beneficia de pertenecer a Europa, sino que también contribuye al fortalecimiento del proyecto común. Europa es una voluntad compartida de progreso, y en Castilla-La Mancha, esa voluntad sigue firme y decidida. Se celebra un compromiso renovado por otros 40 años de construcción europea, que se afrontan juntos.
vía: Diario de Castilla-La Mancha