El concejal de Movilidad y Régimen Interior de Toledo, Iñaki Jiménez, ha presentado los pormenores del nuevo proyecto de Zona de Bajas Emisiones, que se implementará en el Casco Histórico de la ciudad a partir del 23 de diciembre de 2025. Este plan, aprobado en julio de este año, tiene como propósito fomentar una movilidad más sostenible y cuidar el patrimonio local. Actualmente, se encuentra en periodo de información pública, que se extiende hasta el 27 de agosto, permitiendo a ciudadanos, vecinos, empresas y entidades presentar sus alegaciones.
Tras este proceso de consulta, el anteproyecto será analizado por la Junta de Gobierno Local. Se abrirá un nuevo periodo de alegaciones que concluirá el 3 de octubre, y la aprobación inicial está programada para el pleno del 9 de octubre, con una exposición pública hasta el 21 de noviembre. Esta ordenanza responde a las exigencias de la normativa estatal y europea, que requiere que los municipios con más de 50,000 habitantes cuenten con un Plan de Movilidad Urbana Sostenible.
Jiménez ha subrayado que, aunque Toledo no presenta altos niveles de contaminación, el fenómeno de isla de calor en el Casco Histórico ha motivado la decisión de restringir el acceso a esta zona. El acceso se controlará en cuatro puntos específicos: la puerta de Bisagra, la cuesta de Doce Cantos, la calle Gerardo Lobo y el paseo de Recaredo. Los pivotes de acceso estarán en funcionamiento las 24 horas, con tres horas diarias destinadas a carga y descarga.
Entre los vehículos exentos de las restricciones se incluyen aquellos con distintivos ambientales Cero, ECO y CE, así como los de servicios de emergencia, personas con movilidad reducida y los residentes que estén empadronados antes de la implementación de la normativa. Jiménez ha asegurado que los residentes empadronados en Toledo podrán acceder al Casco Histórico incluso sin distintivo ambiental, gracias a una moratoria que se mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2030. Para los no residentes, el acceso estará limitado a aparcamientos habilitados.
Además, con el fin de facilitar el aparcamiento a los residentes, las zonas azul y naranja en el Casco Histórico se transformarán en zonas verdes. Actualmente, existen 1,060 plazas de aparcamiento verde exclusivas para residentes, junto con otras plazas de ORA y zona azul. En las afueras de la zona histórica, hay más de 3,300 plazas disponibles.
La propuesta también incluye la implementación de una flota de autobuses urbanos no contaminantes y el uso de remontes mecánicos para facilitar el acceso al Casco Histórico. Según los datos presentados, actualmente acceden cada semana al Casco Histórico 186,000 vehículos, con más del 50% de estos pertenecientes a no residentes. Este volumen de tráfico ha evidenciado la necesidad de controlar y reducir la densidad vehicular en una zona que cuenta con una población de 10,155 habitantes y 9,555 vehículos censados, lo que refleja una alarmante relación de casi un coche por cada residente.
vía: Diario de Castilla-La Mancha