La tensión está en aumento a medida que se acerca la cumbre de la OTAN en La Haya, programada para el 24 y 25 de junio, especialmente por la postura del presidente español, Pedro Sánchez, en relación con el gasto militar. El Financial Times ha criticado abiertamente al Gobierno de España por rechazar aumentar la inversión militar al 5% del PIB, un objetivo promovido por Estados Unidos y otros aliados europeos. El diario británico ha llegado a acusar a Sánchez de "torpedear la unidad de la Alianza" en un momento crucial para asegurar la cohesión frente a las demandas de Washington.
En su defensa, Sánchez argumentó en una carta enviada al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que alcanzar dicho objetivo es "imposible" sin reducir los servicios públicos, insistiendo en que "no es razonable" comprometerse a ese nivel de gasto y abogando por criterios más flexibles. A pesar de la controversia inicial, el Gobierno español alcanzó un acuerdo con la Alianza que, aunque evita el objetivo del 5%, aún obliga a España a invertir un 3,5% de su PIB en capacidades militares, según afirmaciones de Rutte. Esta concesión ha generado fricciones entre otros miembros de la OTAN.
Fuentes del Financial Times indican que esta excepción especial para España ha sido considerada "injustificada y perjudicial para la unidad" por países como Polonia, mientras que Bélgica ya ha manifestado su intención de solicitar condiciones similares, lo que podría intensificar las tensiones durante la cumbre. Con un gasto militar proyectado de solo 2,1% del PIB, España se encuentra por detrás de otros socios europeos, lo que ha generado preocupación entre algunos funcionarios aliados. Existe un temor creciente de que la concesión hecha a Sánchez pueda desestabilizar la reunión, abriendo la puerta a más demandas de flexibilidad que socaven el mensaje de unidad que se pretendía transmitir.
La polémica en torno al gasto militar resalta las fracturas en la OTAN, que enfrenta desafíos geopolíticos cada vez más complejos. La decisión de Sánchez ha reavivado el debate sobre la equidad entre los socios y la capacidad de la Alianza para mantener una postura común frente a las presiones de Estados Unidos, un aspecto vital en el contexto actual de inestabilidad internacional.
