El Papa Francisco ha decidido intervenir en la gestión del santuario de Torreciudad, nombrando a Alejandro Arellano Cedillo como comisario pontificio plenipotenciario. Este movimiento responde a una solicitud del obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, quien había solicitado a la Santa Sede que tomara cartas en el asunto debido a las crecientes tensiones entre la diócesis local y el Opus Dei, la organización que ha administrado el santuario desde su inauguración en 1975.
Arellano, actual decano del Tribunal de la Rota Romana, tendrá la responsabilidad de supervisar tanto la administración como la gestión económica del santuario. Este nombramiento le otorga a la Santa Sede la autoridad para investigar y tomar decisiones en un espacio que representa no solo un lugar de culto, sino también un significativo complejo financiero, dado que el santuario ha generado ingresos considerables que superan el acuerdo de aportación simbólica establecido en un convenio de 1962.
El conflicto entre la diócesis y el Opus Dei se intensificó en los últimos años, especialmente cuando la diócesis comenzó a cuestionar la transparencia y la gestión económica del lugar. En este contexto, se hicieron demandas que incluían la imposición de un canon por cada peregrino, que podría generar entre medio millón y cinco millones de euros anuales, así como la propuesta de una terna para elegir al nuevo rector del santuario que colabore con sacerdotes diocesanos.
La intervención del Vaticano busca resolver esta situación delicada y encontrar un equilibrio que pueda beneficiar tanto a la diócesis como al Opus Dei. Con el nombramiento de Arellano, cercano al obispo Pérez Pueyo, se flexibiliza la estructura de poder en torno al santuario, permitiendo una mayor colaboración y ajuste entre ambas partes. A medida que el comisario comienza su trabajo, se espera que surjan reformas que definan un nuevo rumbo para Torreciudad, que sigue siendo un centro de peregrinación vital y con un fuerte potencial de crecimiento.
La decisión del Papa Francisco de intervenir en este asunto subraya su compromiso por mantener la cohesión dentro de la Iglesia, y la forma en que este conflicto se resuelva podría tener repercusiones importantes en la dinámica entre el Opus Dei y la diócesis local, así como en el futuro del santuario mismo.
