En un evento sin precedentes, la ciudad de Talavera de la Reina ha sido testigo del colapso parcial de su icónico puente viejo, también conocido como el puente romano o de Santa Catalina. La estructura, que atraviesa el río Tajo, sufrió daños significativos durante la madrugada del domingo cuando, impulsada por una corriente extraordinariamente fuerte, parte de ella cedió ante el caudal que superó los 1.000 metros cúbicos por segundo.
El alcalde de la ciudad, José Julián Gregorio, se pronunció sobre el desastre a través de un vídeo donde se observa uno de los arcos del viaducto colapsando bajo el empuje del agua. “Esta noche es un día terrible para la historia de Talavera. Nuestro puente viejo o ‘romano’ acaba de derrumbarse una parte. Una avenida de agua terrible para la ciudad”, declaró Gregorio, evidenciando su pesar por la pérdida patrimonial que este evento representa. Se ha hecho un llamado a la población para mantenerse alejada de la zona afectada, con la Policía Municipal acordonando el área para prevenir accidentes.
El puente, con orígenes en la época romana y reconstruido a finales del siglo XV, no es solo una vía de conexión para la ciudad, sino también un símbolo cultural y un espacio generacional para los habitantes de Talavera de la Reina. A lo largo de los años, la estructura ha sido escenario de numerosas reconstrucciones, siendo la más reciente en 2002, lo que denota su importancia y la constante lucha por su conservación.
La magnitud de la tragedia se ha sentido profundamente en la comunidad. Residentes y visitantes, conmocionados, se han aproximado al lugar para presenciar el alcance del daño, enfrentando la abrupta alteración de un paisaje familiar. Es un golpe al corazón de la ciudad, como lo expresó el alcalde Gregorio, quien además ha comprometido esfuerzos para la restauración del puente, solicitando apoyo a distintas administraciones para devolverle a Talavera uno de sus pilares patrimoniales y culturales.
La situación de emergencia se extiende más allá del derrumbe del puente, con el desbordamiento del Tajo obligando al desalojo de urbanizaciones cercanas y dejando a su paso diversos caminos intransitables. Las autoridades locales, en estado de alerta, trabajan en la evaluación de los daños y en medidas para mitigar los efectos del temporal, esforzándose por proteger y restaurar el tejido urbano y cultural afectado por esta catástrofe.
Este evento marca un punto crítico para Talavera de la Reina, sumando a la historia de la ciudad un capítulo de pérdida y reconstrucción. A medida que la comunidad se enfrenta a este desafío, el esfuerzo conjunto por recuperar el puente viejo simboliza no solo la reconexión física de la urbe sino también la resiliencia y unión de su gente ante la adversidad.
