General Atomics Aeronautical Systems, Inc. (GA-ASI) ha dado un paso decisivo en el ámbito de la guerra antisubmarina con su innovador MQ-9B SeaGuardian. En un avance importante para las operaciones marítimas, la compañía ha completado con éxito una serie de pruebas realizadas entre el 20 y el 30 de enero de 2025. Durante estas pruebas, se desplegaron sensores antisubmarinos, marcando un hito en la detección y rastreo de objetivos sumergidos sin necesidad de intervención humana directa.
El corazón de este logro radica en el uso de múltiples vainas del Sistema Dispensador de Sonoboyas (SDS) de preproducción. La integración de sonoboyas avanzadas, como DIFAR, DICASS y Bathythermograph, ha permitido al SeaGuardian recopilar datos acústicos y térmicos. Estos datos han mejorado notablemente la eficacia del sistema, lo que supone una ventaja considerable para detectar y seguir submarinos. David R. Alexander, presidente de GA-ASI, calificó las pruebas como un avance significativo en las capacidades no tripuladas, y destacó su potencial para revolucionar las operaciones marítimas en el ámbito submarino.
Un aspecto crucial del proyecto ha sido la capacidad de correlacionar la velocidad de eyección de las sonoboyas con datos de tensión y deformación. Esta relación ofrece un modelo de lanzamiento altamente confiable, que es esencial para futuros despliegues en condiciones marítimas variables. La División de Aeronaves del Centro de Guerra Aérea Naval (NAWCAD) AIRWorks ha desempeñado un papel vital en la supervisión y apoyo del desarrollo del proyecto, colaborando estrechamente con GA-ASI para llevar a cabo demostraciones antisubmarinas.
La introducción de este sistema no tripulado presenta una alternativa económica y eficaz frente a las plataformas marítimas tripuladas tradicionales, atrayendo así el interés de diversas entidades que operan en el ámbito marítimo. A medida que la demanda de estas capacidades prosigue en aumento, GA-ASI está bien posicionada para convertirse en un líder en soluciones innovadoras para la gestión y control de conflictos submarinos. Las integraciones tecnológicas realizadas no sólo prometen redefinir la dinámica de las operaciones antisubmarinas, sino que también podrían transformar el modo en que se exploran y protegen los océanos en el futuro.