El Hospital General Universitario de Ciudad Real, vinculado al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), ha dado un paso adelante en la provisión de tratamientos oncológicos menos invasivos con la adopción de la crioablación percutánea guiada por imagen. Esta técnica innovadora se basa en el uso de temperaturas extremadamente frías para destruir lesiones tumorales de manera efectiva.
Recientemente, el equipo de la Unidad de Radiología Vascular Intervencionista del hospital llevó a cabo su primera intervención con esta técnica pionera. Mediante la inserción de criosondas, que son agujas de calibre fino, el procedimiento logra introducir un frío extremo directamente dentro del tumor para eliminar las células cancerosas. El método de crioablación permite un control preciso de la posición y ángulo de las agujas mediante imágenes obtenidas a través de tomografía computerizada (TC), ecografía o angiógrafo, utilizando gas argón que puede llegar a temperaturas de hasta -140 grados centígrados.
El doctor Antonio Pinar, responsable de la Unidad de Radiología Vascular del hospital, destaca la crioablación como una alternativa a las técnicas de ablación mediante radiofrecuencia y microondas aplicadas en los últimos años. Según el doctor, la aplicación de frío está recomendada en función del tamaño y la ubicación de los tumores, ya que el calor puede resultar perjudicial para algunos órganos.
Esta innovadora técnica, que ha demostrado éxito en áreas como tumores óseos, hepáticos o pulmonares, presenta importantes beneficios. Proporciona una recuperación postoperatoria más rápida y generalmente menos dolorosa que las alternativas, reduciendo la necesidad de medicamentos y permitiendo que muchos procedimientos se realicen bajo sedación consciente.
Un ejemplo concreto del éxito de la crioablación se observa en el caso reciente de una paciente de 82 años con un tumor renal de 5x5x4 cm. Gracias a esta técnica, el tumor pudo tratarse sin necesidad de extirpar el riñón, como habría sido necesario en una cirugía convencional. La operación se realizó sin complicaciones y la paciente se recuperó favorablemente, siendo dada de alta al día siguiente.
La intervención fue llevada a cabo por el equipo de Antonio Pinar, en colaboración con los doctores José David Guío, María Rojo y un equipo de profesionales de Enfermería y Radiodiagnóstico. Durante el procedimiento, especialistas en Anestesia y Reanimación se encargaron de la sedación y el bienestar de la paciente. Con este avance, el Hospital General Universitario de Ciudad Real se sitúa a la vanguardia en el tratamiento de tumores con métodos menos invasivos, marcando un hito significativo en la oncología intervencionista.
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