En un momento en el que la seguridad europea adopta nuevas dimensiones, especialmente con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha destacado la necesidad de que la Unión Europea (UE) avance hacia una mayor autonomía estratégica en defensa. Durante recientes encuentros con grupos parlamentarios, aunque sin detallar cuestiones financieras, Sánchez ha mostrado su apoyo a la idea de que los Estados miembros de la UE asuman la responsabilidad de su propia seguridad, lo que marcaría un paso significativo en la política de defensa europea.
El compromiso de Sánchez incluye un incremento del gasto en defensa al 2% del PIB para 2029, superando el actual 1,28% destinado en 2023. Sin embargo, los detalles específicos sobre montos y estrategias de financiación aún no han sido definidos. Se espera que la próxima cumbre de la OTAN en La Haya sirva como un punto de referencia para clarificar estas cifras y compromisos.
La determinación de Sánchez se fundamenta en la necesidad de enfrentar desafíos emergentes, como el “neocolonialismo” ruso, así como en la urgencia de no quedarse rezagados en cuanto a innovación tecnológica. Propone un “salto tecnológico” que, según indica, ha sido postergado a pesar del potencial científico y académico de España y de Europa en general.
Además, Sánchez busca extender la definición de defensa para incluir el gasto en seguridad fronteriza y la lucha contra ciberataques. Destaca la importancia de considerar el impacto de la inversión en defensa en el tejido tecnológico y empresarial, especialmente en startups y pymes, relacionándolo con la transformación energética hacia las renovables que se ha vivido en el pasado reciente.
No obstante, este rumbo no está exento de polémicas. El gobierno español está evaluando cómo articular estos nuevos compromisos de gasto en defensa con los objetivos de estabilidad presupuestaria de la UE y enfrenta presiones internas por la necesidad de que tales planes sean aprobados por el Congreso de los Diputados. A pesar de la promesa de Sánchez de no escatimar en políticas sociales, persiste una demanda de transparencia y consenso legislativo, especialmente por parte de varios partidos, incluyendo algunos aliados de Sumar.
Este nuevo enfoque en la política de defensa tanto a nivel europeo como español sugiere un reajuste de prioridades que orientaliza hacia una era en la que la autonomía estratégica y el desarrollo tecnológico podrían avanzar de la mano. Sin embargo, las decisiones que deben tomarse a corto y medio plazo requerirán un delicado equilibrio entre los imperativos de seguridad, la sostenibilidad fiscal y la necesaria búsqueda de consenso político.