En una operación nocturna que combinó pericia policial y tecnología de vanguardia, agentes del Servicio de Aduanas de Gibraltar lograron decomisar 120 kilos de cocaína ocultos en el casco de un granelero de bandera panameña. La intervención, ejecutada en la madrugada del 30 de abril, marca un hito en la lucha contra el narcotráfico internacional gracias al uso pionero de un dron submarino.
El buque sospechoso, identificado como M/V Great Zhou, había partido del puerto brasileño de Santos y realizó una escala en aguas gibraltareñas para reaprovisionarse. Fue durante esta parada cuando las autoridades, alertadas por movimientos inusuales, procedieron a un exhaustivo registro.
La clave del hallazgo radicó en la inspección de la caja de toma de mar de babor, donde ocultos entre los mecanismos del barco se encontraron cuatro paquetes herméticos. Los equipos especializados trasladaron los envoltorios a la base marítima, donde se confirmó que contenían cocaína de alta pureza, con un peso total de 120 kilos.
El administrador de Aduanas, John Payas, destacó en un comunicado el papel decisivo del dron submarino, adquirido en diciembre de 2024: "Esta tecnología nos permite acceder a zonas antes inaccesibles sin poner en riesgo a nuestros agentes. Hoy vemos los resultados".
Aunque el barco fue liberado tras entrevistar a la tripulación y realizar un segundo registro, las investigaciones siguen abiertas para desmantelar la red detrás del cargamento.
Este operativo se suma a una serie de golpes recientes al narcotráfico en la región. Solo semanas atrás, en el puerto de Vigo, la Guardia Civil incautó 150 kilos de cocaína ocultos en el sistema de lastre de un portacontenedores.
Mientras las rutas marítimas siguen siendo el método preferido por los cárteles, las autoridades refuerzan su arsenal tecnológico. El éxito en Gibraltar subraya un mensaje claro: la vigilancia subacuática ya es una realidad.