El caso de José Bretón, quien en 2011 asesinó a sus hijos Ruth y José en un acto de venganza contra su expareja, vuelve a ser noticia gracias a la publicación del libro «El odio» del autor Luisgé Martín. En esta obra, Martín presenta confesiones inéditas de Bretón, que revelan la fría psicología detrás de su atrocinio.
Desde 2021, Martín ha mantenido una correspondencia constante con Bretón, quien actualmente cumple una condena en la cárcel de Herrera de la Mancha. A través de cartas y visitas, el autor ha conseguido que Bretón comparta los oscuros detalles de su mente, relatando cómo el rencor lo llevó a planear meticulosamente el asesinato de sus propios hijos y a la vez cómo su obsesión por controlar sus vidas motivó su violencia extrema.
En fragmentos adelantados por El Confidencial, Bretón revela que su única intención era asegurarse de que sus hijos no crecieran bajo la influencia de la familia materna, a la que consideraba un entorno perjudicial. Su relato describe un plan frío y calculado para asegurar que los cuerpos nunca fueran encontrados, administrando incluso medicamentos a los niños para evitar su sufrimiento antes de incinerarlos en la finca de Las Quemadillas.
Una de las partes más escalofriantes del libro es cuando Bretón recuerda su última mañana con ellos. “Mi hijo José me abrazó cuando despertó. Pensé: ‘Este es el último día que te veré’ y no recuerdo nada más. No hubo despedidas”, comparte con un tono inquietante, lo cual pone de manifiesto la ausencia de emoción causada por el odio que consumió su humanidad.
Sin embargo, en medio de su relato gélido, hay destellos de arrepentimiento. Bretón expresa su deseo de pedir perdón a Ruth, aunque incapaz de encontrar las palabras adecuadas, se muestra convencido de que ha aprendido a perdonarse a sí mismo para poder seguir adelante.
Las confesiones en «El odio» no solo aportan una mirada profunda a la psicología de Bretón, sino que reavivan el dolor de un crimen que dejó una marca imborrable en la sociedad española. Este caso es un recordatorio distante pero presente de cómo la obsesión y el rencor descontrolado pueden desencadenar actos de violencia inimaginables, insights que continúan resonando en la memoria colectiva del país.