En un movimiento que desafía las convencionalidades políticas y geográficas de España, el líder de Unión del Pueblo Leonés (UPL), Luis Mariano Santos, ha puesto nuevamente sobre la mesa la posibilidad de que las provincias de León, Zamora y Salamanca se declaren como una autonomía independiente de Castilla y León. Esta no es una ambición nueva; sin embargo, gana tracción en un momento de redefinición territorial en España.
En declaraciones recientes, Santos comparó la aspiración de autonomía con la formación de gobiernos dependientes de coaliciones diversas, argumentando que todo depende del apoyo mayoritario que se pueda conseguir. En este caso, la antigua y persistente reivindicación por la autonomía de León se ve respaldada por una considerable adhesión municipal, que suma el 52% de la población en 60 municipios, entre ellos algunos donde ni siquiera fue la UPL quien promovió la propuesta, sino miembros del PSOE, PP e incluso Vox.
La primera gran prueba para esta aspiración será el próximo miércoles en el pleno de la Diputación Provincial, donde los diputados debatirán una moción que refleja el creciente interés y apoyo a la idea de autonomía, un sentimiento que no se limita a una única ideología política.
El apoyo de diversas fuerzas políticas, la disposición del PSOE de permitir un voto libre sobre la iniciativa, y gestos de aceptación dentro del PP y de Vox, sugieren que el camino hacia Madrid, para plantear formalmente la revisión territorial, está menos empinado de lo pensado. No obstante, el proceso está lejos de ser sencillo, enfrentándose a obstáculos tanto legales como políticos, incluyendo la necesidad de ajustarse a lo estipulado por el artículo 143 de la Constitución, que dicta que la creación de una nueva autonomía debe contar con el respaldo de dos tercios de los municipios implicados, entre otros requisitos.
Más allá de las disputas internas en el PSOE provincial y los desafíos procedimentales, la iniciativa tiene, según fuentes socialistas, un alcance que puede no extenderse más allá de lo simbólico. No obstante, Santos y sus seguidores mantienen una posición firme, sosteniendo que la reivindicación va más allá de lo simbólico y puede encontrar un camino legal y político hacia la realidad, apelando a la voluntad política tanto en la provincia como en Madrid.
Este “procés leonés”, como lo han llamado algunos, subraya las complejidades y diversidades de España, un país en constante evolución territorial y política. Lo que resulte de esta iniciativa podría no solo redefinir las fronteras administrativas dentro de España, sino también el modo en que se conciben y se abordan las aspiraciones autonomistas en un marco democrático y constitucional.
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