El Tribunal Supremo ha confirmado la condena contra Laura Borràs, quien fuera expresidenta del Parlament de Cataluña y actual líder de Junts per Catalunya. La sentencia establece una pena de cuatro años y medio de prisión, 13 años de inhabilitación y una multa de 36.000 euros por delitos de prevaricación administrativa y falsedad documental. Estas irregularidades se cometieron durante su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) entre 2013 y 2018.
El tribunal ha considerado probado que Borràs adjudicó a dedo 18 contratos menores a un conocido, fraccionando ilegalmente los pagos para eludir la obligación de convocar un concurso público. La cifra total de fondos mal gestionados asciende a 335.700 euros, una cantidad que ha sido calificada como significativa por la justicia.
Esta ratificación del fallo representa un duro revés para Borràs, quien desde el comienzo del proceso ha sostenido que se trata de una persecución política. Sin embargo, la resolución judicial refuerza la idea de que la expresidenta incurrió en serias irregularidades en el manejo de fondos públicos. La condena implica su apartamiento de la política durante más de una década, lo que deja incierto su futuro dentro de Junts per Catalunya, donde se deberá tomar una decisión sobre cómo afrontar esta nueva realidad.
A pesar del veredicto, Borràs tiene la opción de presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aunque las probabilidades de que la sentencia sea revocada son escasas. En el ámbito político, el independentismo catalán se enfrenta a la necesidad de redefinir su estrategia ante la pérdida de una de sus figuras más emblemáticas.
Esta situación puede provocar tensiones internas en Junts, con algunas facciones del partido apostando por una renovación de liderazgo y una posible moderación en su discurso frente al Estado. En un contexto en el que el independentismo catalán está en plena reconfiguración, con ERC abogando por el diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez y Junts tratando de mantener una postura más dura, la condena de Borràs podría acelerar cambios significativos en el partido, especialmente en la perspectiva de futuros comicios.
En conclusión, la ratificación de la condena a Laura Borràs no solo tiene implicaciones judiciales, sino que también influirá en el futuro de Junts per Catalunya y en la política catalana en general en los próximos años.
