SyA Instalaciones, una empresa especializada en instalaciones térmicas y climatización, ha subrayado la importancia clave del mantenimiento periódico de calderas, especialmente con la llegada de los meses fríos. Este servicio es esencial no solo para prolongar la vida útil de los equipos, sino también para fomentar el ahorro energético, prevenir averías y garantizar la seguridad de los usuarios.
Según la empresa, el buen funcionamiento de una caldera está estrechamente relacionado con el mantenimiento que recibe. Las revisiones anuales no deben ser vistas como un gasto innecesario, sino como una inversión estratégica en seguridad y eficiencia. Una caldera bien mantenida consume menos combustible, reduce las emisiones contaminantes y se adapta mejor a las necesidades de calefacción y agua caliente sanitaria.
El mantenimiento de calderas ofrece beneficios significativos. En primer lugar, permite una mayor eficiencia energética al reducir el consumo de gas entre un 10% y un 20%. También ayuda a prevenir averías, ya que muchas fallas comunes pueden evitarse con revisiones preventivas. Según la normativa española sobre instalaciones térmicas, mantener la caldera es un requisito legal que asegura el cumplimiento de los estándares de seguridad establecidos.
El mantenimiento profesional incluye tareas cruciales como la limpieza de quemadores e intercambiadores, verificación de presión y niveles de agua, así como revisión de válvulas de seguridad y análisis de combustión. Estas actividades son realizadas por técnicos cualificados que garantizan un servicio conforme a la normativa vigente.
El reglamento estipula que las calderas domésticas deben ser revisadas al menos cada dos años, mientras que las de mayor potencia en edificios o locales comerciales deben tener revisiones anuales. Propietarios, comunidades de vecinos y administradores de fincas tienen la responsabilidad de cumplir con estas normativas para evitar sanciones y, sobre todo, para salvaguardar la seguridad de todos los ocupantes.
SyA Instalaciones aconseja programar el mantenimiento antes del inicio de la temporada de calefacción, idealmente entre septiembre y noviembre, asegurando así que los sistemas estén en perfecto estado antes del aumento en la demanda térmica, evitando esperas y demoras.
Entre las averías más comunes que pueden evitarse con un mantenimiento a tiempo se encuentran la acumulación de cal en el intercambiador, fugas no detectadas, fallos en el encendido y problemas de presión. Estas situaciones no solo generan averías costosas, sino que también pueden causar la falta de calefacción o agua caliente, afectando la comodidad de los usuarios.
Además, la empresa propone contratos de mantenimiento que incluyen visitas programadas y atención prioritaria para averías, ofreciendo una solución integral para garantizar el buen estado de las calderas. Con recordatorios automáticos para las revisiones, los clientes pueden tener la tranquilidad de cumplir con las obligaciones normativas, priorizando su seguridad y la del medio ambiente.
