Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha anunciado que a partir del 15 de abril de 2025 empezará a utilizar contenido público de sus usuarios en Europa para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. Esto incluye publicaciones, comentarios y preguntas formuladas a Meta AI, su nuevo asistente conversacional. La compañía argumenta que este esfuerzo busca mejorar la comprensión de la IA sobre la manera en que los europeos se comunican y se expresan.
Sin embargo, este anuncio ha suscitado preocupaciones entre los expertos en privacidad, quienes advierten que, al utilizar servicios gratuitos de Meta, los usuarios se convierten en el verdadero producto. Aunque Meta asegura que solo se aprovechará información pública compartida por adultos, hay inquietudes sobre la recolección y el uso de datos. Las interacciones en plataformas sociales, cuando son públicas, pueden ser empleadas para entrenar a la IA, lo que plantea las preguntas sobre la durabilidad y el control de esa información.
Meta se defiende indicando que no utilizará mensajes privados ni datos de personas menores de 18 años. Además, ha habilitado un formulario para que cualquier individuo en la Unión Europea pueda rechazar el uso de sus datos en este tipo de entrenamientos de IA. La empresa está enviando notificaciones a sus usuarios dentro de sus aplicaciones y por correo electrónico para informarles de esta opción.
La inteligencia artificial generativa, que se nutre de textos reales, se vuelve más eficaz con el aumento de datos. Por lo tanto, la compañía sostiene que este sistema debería ofrecer respuestas más relevantes a los usuarios. No obstante, al compartir contenido públicamente, los usuarios pueden sentirse incómodos al saber que sus palabras pueden ser utilizadas por un sistema automatizado.
La experta en protección de datos resalta que muchas personas publican con la intención de ser vistas por amigos o seguidores, no para que sus palabras sean almacenadas de manera indefinida por una máquina. A pesar de la disponibilidad del formulario para rechazar el uso de datos, se pudiera perder la oportunidad de hacerlo si no se encuentra de manera adecuada.
Este movimiento de Meta también vuelve a resaltar una realidad que a menudo se pasa por alto: la premisa de que, al utilizar un servicio gratuito, uno mismo es el producto. Los datos personales y las interacciones en redes sociales tienen un valor significativo para las grandes empresas tecnológicas, que los emplean para perfeccionar sus sistemas y personalizar publicidad. Aunque esta práctica no es exclusiva de Meta y se observa en otras compañías como Google y OpenAI, la firma ha hecho un esfuerzo por informar a sus usuarios sobre la recolección de datos y ofrecerles la posibilidad de rechazarla.
Es crítico que los usuarios comprendan las implicaciones que puede tener la utilización de sus datos, no solo en la creación de una IA más efectiva, sino también en la construcción de modelos comerciales y publicitarios que podrían influir en la opinión pública. Antes de compartir información en línea, es crucial recordar que los datos pueden tener un impacto significativo en la privacidad y que aquello que parece gratuito puede, en última instancia, costar caro.