En un emocionante desarrollo para la Universidad Pública de Navarra, 82 profesionales del sector de la seguridad privada en el ámbito del ocio nocturno se reunieron para realizar el examen teórico habilitador de la Comunidad foral para porteros de discoteca. Este evento marca un hito en la búsqueda de la profesionalización y regulación de una ocupación que ha sido históricamente estigmatizada. Apoyado por un riguroso dispositivo de vigilancia policial y tecnológica, este examen representa el inicio de una nueva era para los trabajadores de seguridad nocturna en la región.
El perfil diverso de los candidatos, que abarca múltiples nacionalidades y géneros, evidencia el interés y la necesidad de este sector por legitimar y dignificar su labor. Esta convocatoria se origina como respuesta a una demanda que ha sido reivindicada durante mucho tiempo por asociaciones de ocio nocturno y figuras relevantes del sector, como el fallecido Carlos Amorín, quien abogó por una transformación de la imagen del «portero matón» hacia un modelo más profesional y de respeto en la protección nocturna.
El examen consiste en 50 preguntas que cubren temas que van desde la legislación básica hasta nociones de primeros auxilios y medidas de seguridad específicas para el ocio nocturno. Aprobar esta prueba teórica es solo el primer paso; los candidatos que tengan éxito deberán también pasar un test psicológico para evaluar su idoneidad para asumir las responsabilidades del cargo.
El Gobierno de Navarra se ha comprometido a llevar a cabo tres exámenes en un período de dos años, garantizando que, a partir de julio de 2026, todos los porteros de discoteca estarán oficialmente habilitados para ejercer su profesión. Este es un avance significativo en el panorama de la seguridad del ocio nocturno, aunque desde la Asociación Foral de Porteros se señala que todavía queda un largo camino por recorrer, especialmente en lo que respecta a la protección jurídica de estos profesionales.
Con esta iniciativa, se anticipa no solo la reducción de la violencia y la mejora de la seguridad en los establecimientos nocturnos, sino también una dignificación y reconocimiento de la labor de estos trabajadores, quienes desempeñan un papel crucial en garantizar el bienestar y la diversión segura de la ciudadanía. Este esfuerzo conjunto entre el gobierno y los profesionales del ocio nocturno podría establecer un precedente para otras regiones y naciones, destacando que la colaboración y la regulación son esenciales para mejorar tanto la imagen como la realidad de este sector.
