El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su descontento con su propio partido tras enterarse de que el Gobierno está en negociaciones con la Generalitat para que Catalunya gestione la recaudación de impuestos de manera gradual. Durante el Comité Federal celebrado el pasado sábado, García-Page solicitó un debate sobre la financiación, pero asegura que este tema fue «deliberadamente ocultado».
Desde Sacedón, Guadalajara, el presidente ha destacado que la demora en los acuerdos con Esquerra Republicana y otros grupos independentistas parece haber sido intencionada. En su opinión, se ha priorizado su inclusión en las negociaciones a expensas de un debate interno vital para el PSOE. García-Page ha manifestado su frustración, considerando que este enfoque representa un intento de eludir asuntos cruciales para el partido.
Además, lamentó haber tenido que hacer públicos ciertos detalles de las discusiones internas, hecho que atribuyó a filtraciones que podrían haber comprometido la necesaria discreción en estos encuentros. En un contexto más amplio, también se refirió a las implicaciones de la corrupción, señalando que «a más corrupción, más debilidad, más cesiones y más negocio para los independentistas».
García-Page advirtió que la situación es actualmente «más grave», debido a la percepción de un trato desigual hacia las comunidades autónomas en las negociaciones del Gobierno central. Criticó a aquellos políticos que, a su juicio, defienden lo que califica de indefendible y reiteró que la igualdad debe ser un principio fundamental para la izquierda. Expresó su preocupación por las posibles consecuencias que las decisiones actuales puedan tener en el futuro del país.
vía: Diario de Castilla-La Mancha