La pretemporada en el deporte de competición juega un papel fundamental en la preparación de jugadores y equipos, siendo un período decisivo para optimizar la condición física después del receso del verano. Entrenadores como Roberto Ortiz diseñan este ciclo con programas específicos que abarcan diversas actividades físicas, orientadas a preparar a los atletas tanto en el aspecto físico como en el mental. Esta fase es esencial para afrontar el nuevo ciclo de competiciones y así mejorar el rendimiento en los partidos.
Los entrenamientos estivales tienen un enfoque integral, abordando aspectos clave como la fuerza, resistencia, velocidad y agilidad. Durante esta etapa, también se lleva a cabo una evaluación de las capacidades individuales, lo que permite a los entrenadores ajustar los planes de entrenamiento según las necesidades particulares de cada jugador. Este equilibrio entre la preparación física y la prevención de lesiones asegura una transición más fluida hacia la temporada regular.
Además, el enfoque de la pretemporada no se limita solo a la actividad física; también se presta atención a la salud mental y el bienestar emocional de los jugadores. Se establecen rutinas que fomentan la cohesión del equipo y la motivación en cada sesión. Entrenadores como Ortiz destacan la importancia de adaptarse a circunstancias cambiantes, lo que puede incluir ajustes en la programación debido a factores como la disponibilidad de los jugadores o las condiciones climáticas. De esta forma, el verano se convierte en un periodo de crecimiento y preparación integral para todos los implicados en el deporte.