El Parque Arqueológico de Segóbriga, ubicado cerca de la A-3 y en las proximidades de grandes ciudades como Madrid, Cuenca y Valencia, es un sitio de gran importancia dentro de la arqueología y museología del mundo romano, y cuenta con un entorno natural de gran belleza. Segóbriga es una ciudad de pequeñas dimensiones, amurallada, con una superficie de ocho hectáreas y varios sistemas constructivos y torres.
Lo que realmente destaca en este sitio son los edificios públicos, como el anfiteatro, en perfecto estado de conservación y donde aún se celebran algunos juegos gladiatóricos, y el teatro, donde se lleva a cabo un ambicioso programa cultural que incluye teatro clásico y actuaciones musicales. Además, el parque cuenta con un entorno caracterizado por su riqueza arqueológica y natural, ya que está enclavado en la Mancha Alta y ofrece paisajes de una belleza absoluta.
El interior del parque también destaca por sus instalaciones, que incluyen un museo y una sala de exposiciones e interpretación diferentes a los que se pueden encontrar en otros yacimientos, con reconstrucciones virtuales, recreaciones en 3D y visitas guiadas que hacen las delicias de cualquier visitante. Cerca del sitio se pueden encontrar castillos medievales, como el de Belmonte, el monasterio de Uclés, y una gran variedad de opciones gastronómicas y hoteleras que harán las delicias de todos aquellos que lo visiten. De hecho, la experiencia de visitar Segóbriga es distinta y única.
El yacimiento arqueológico de Segóbriga es uno de los conjuntos más importantes de la Meseta. La monumentalidad de sus restos excavados, donde están presentes todos los edificios públicos referentes esenciales de la arquitectura romana, lo convierten en un yacimiento singular que muestra las características urbanas de este período. Además, Segóbriga no cuenta con ninguna ciudad actual superpuesta, lo que lo hace aún más especial.
La ciudad romana de Segóbriga surgió en el cerro de Cabeza de Griego, en Saelices, a partir de un castro de la Edad del Hierro. El conjunto de las “ruinas de Cabeza de Griego” fue declarado monumento histórico-nacional en 1931, convirtiéndose en Bien de Interés Cultural. En la década de los años 50, se llevaron a cabo los primeros trabajos arqueológicos en el sitio, mientras que a partir de 1961, el arqueólogo Martín Almagro Basch comenzó a ocuparse del yacimiento arqueológico.
Fue gracias a su gran visión de futuro que se pusieron las bases para su estudio y valoración cultural, con el apoyo del conquense Francisco Suay, con quien también colaboró en la creación del Museo Arqueológico de Cuenca. Desde entonces, se han llevado a cabo varias campañas de excavaciones que han aumentado la superficie excavada, su puesta en valor y visita a los edificios y espacios que hoy forman parte del recorrido por el conjunto arqueológico.
En 1975 se inauguró el Museo de Segóbriga, también conocido como el Museo de los Epígrafes, una pequeña instalación que funcionó como Museo de Sitio hasta la apertura del Parque Arqueológico. En 2000 se iniciaron los trabajos de construcción del Centro de Interpretación del Parque, una nueva construcción que vino a sustituir a la pequeña instalación museográfica, reconvertida a día hoy en un museo epigráfico, vivienda y almacén para el depósito de materiales arqueológicos.
La entrada Segóbriga, un yacimiento romano que resiste el paso del tiempo después de 23 siglos, se posiciona como uno de los más completos de la península. se publicó primero en Diario de Castilla-la Mancha.
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