En una inesperada noticia, se revela que los reyes de España, Felipe y Letizia, llevan vidas separadas, coincidiendo únicamente en eventos oficiales y familiares importantes. Se ha informado que Felipe VI ha negociado con los abogados de Letizia un acuerdo de cese de convivencia, sin llegar al divorcio, para mantener una imagen pública unida. Sin embargo, este verano ha destacado la separación de actividades, con Letizia apoyando a los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos de París, mientras Felipe se ha mantenido en España para sus compromisos oficiales.
Las tensiones en la relación entre Felipe y Letizia han sido evidentes, generando especulaciones sobre el futuro de la monarquía. Se ha mencionado que la crisis matrimonial se remonta a 2012, y que el acuerdo de cese de convivencia busca proteger a ambos, con Letizia beneficiándose financieramente y Felipe manteniendo la estabilidad institucional.
La percepción pública de la monarquía española y el futuro reinado de Leonor se ven desafiados por esta noticia. La distancia entre los reyes y las especulaciones sobre su relación plantean interrogantes sobre la estabilidad y la imagen que la familia real debe proyectar. La forma en que enfrenten estas tensiones será crucial para el porvenir de la monarquía en España.