Los momentos más polémicos del Pleno Ordinario correspondiente al mes de noviembre llegaron al final, cuando se unificaron dos mociones diferentes sobre la violencia contra la mujer, del Partido Popular y del grupo del PSOE, ambas motivadas por el Dia Internacional contra la violencia de género, el 25 de noviembre. A la vista de las situaciones que se han producido por todo el país en este tema, todas las intervenciones contenían mensajes contra la ruptura del acuerdo institucional, es decir, contra la postura del grupo Vox.
Maribel Ramos, de Izquierda Unida, aseguró que Unidas Podemos apoyará siempre estas iniciativas para que el hecho de ser mujer no se convierta «en un factor de riesgo» y señaló que el negacionismo sobre violencia machista es el indicio de una «ofensiva patriarcal». Por Equo, Elisa Díaz rechazó que la lucha contra la violencia sea «una ideología» y señaló que no se trata de simples asesinatos. Maria Rosa Abad (de Ciudadanos) se expresó a favor de la Ley Contra la violencia de Género, porque ésta existe y aseguró que luchar contra ella «no es de izquierda ni de derecha».
Llegó el turno de Vox y Maria Jesús Pelayo negó que su formación sea de ultraderecha y aseguró que se han producido muchas tergiversaciones en este asunto. Por ello decidió leer el manifiesto que ha emitido su partido en toda la nación en el que se reconoce la dignidad humana «desde la concepción» hasta la muerte y se califica a la Ley de Violencia de género como una «herramienta ideológica» que sirve para entregar dinero público a determinadas asociaciones, mientras las vicitimas siguen aumentando. Es decir, se trata de simples asesinatos y su solución es la Pena Permanente Revisable, es decir la cadena perpetua de hecho. Esta ideología, añadió, crimiinaliza a los hombres. Tras esa declaración la alcaldesa, Rosa Melchor, intervino para decir que lo que acababa de oir no sabía «si me produce más miedo que pena o más pena que miedo» y apeló a la condición de mujer joven y de madre de una niña «es decir de otra mujer» para que cambiase el sentido de su voto.
Por el PP, Jose Luis Montalvo comenzó diciendo que, «por una vez», estaba de acuerdo con la alcaldesa y señaló que eliminar la Ley de violencia de genero por ineficaz sería como derogar las normas de tráfico porque hay accidentes. Por eso pidió que se mantenga el consenso de los últimos 40 años.
Por el PSOE, la concejala Patricia Benito añadió poco más, salvo mencionar el incidente ocurrido entre una victima y un dirigente de Vox en la Comunidad de Madrid y recordar que la cadena perpetua está prohibida por la Constitución. Y así se llegó a la votación y quedó aprobada por 19 votos a favor.
CAMBIO CLIMÁTICO
La otra moción con debate intenso fue una propuesta de Izqueirda Unida para la declaración de la emergencia climática. Maribel Ramos la defendió citando articulos recientes de prensa en los que se explica que con las emisiones de efecto invernadero la Tierra vuelve a estar en las mismas condiciones que hace 3 millones de años. La moción contenía una serie de medidas como la adquisición de sumiinistros sostenibles en el ayuntamiento. Elisa díaz, de Equo, señaló que «el planeta no es nuestro» y Francisco Sánchez de Pedro (por Ciudadanos) se mostró a favor pero pidió que las medidas se tomen de forma ordenada. Ni Vox ni el PP utilizaron sus primeros turnos de palabra, aunque votarían a favor.
Ante las peticiones de más árboles y otras propuestas que desgranaron los diferentes portavoces, el concejal de medio ambiente, Pablo Pichaco esgrimió argumentos científicos. Por ejemplo: «¿por qué reforestar lo que nunca fue forestal?». Y así se remitió al programa ecológico del PSOE y a medidas de lucha contra el cambio climático, pero «sin asustarse», en vista de los mensajes un tanto apocalipticos de los grupos de izquerdas. Hubo unianimidad.
Este debate se reprodujo un poco en la moción siguiente, esta vez presentada por Equo, en la que se solicitaba el cumplimiento de un acuerdo de pleno de 2017 para plantar árboles en los alcorques vacíos (se calcula que hay unos 300 en la ciudad). En este caso los portavoces hicieron elogios a «la ciudad amable», con árboles y sombra. El concejal de medio ambiente señaló que se han producido plantaciones, que los técnicos han elegido las especies a replantar y que, en algunos casos, han sido vecinos anónimos los que han demostrado su desacuerdo… envenenandolos con lejía o arrancándolos.