Su solo nombre ya es evocador de un verano inolvidable, Trieste en Italia, debe su mayor fama, a su clima suave y soleado. Ideal para esos días de desconectar y descubrir nuevas ciudades. Con el embrujo de las viajes ciudades europeas que nos cautivan a su simple mención…esta ciudad es sencillamente fantástica. Capital de la provincia del mismo nombre y de la región Friul-Venecia Julia.
Trieste se encuentra a orillas del Adriático…como una deliciosa estampa de vacaciones
Ubica en el noreste italiano, esta es una ciudad portuaria que se encuentra en lo que es una estrecha franja de territorio. Exactamente entre la costa del mar Adriático y la frontera con Eslovenia. En zona de la meseta del Kras. Su rico pasado se hace notar en su cultura y su patrimonio, con profundas influencias italianas, austrohúngaras y eslovenas.

Elegante y antigua…moderna y acogedora, Trieste realmente aunque no suene tanto entre las más turísticas ciudades italianas. Bien vale una visita, porque es el descubrimiento de una ciudad única y diferente. De camino a muchos lugares, la ciudad nos permite disfrutar una estancia de unos pocos o muchos días, que nos encantarán. En Trieste se puede descubrir una preciosa y antigua ciudad medieval. Y también un barrio austriaco en el más puro estilo neoclásico.
Dentro de sus grandes atractivos, el famoso El Castillo de Miramar, apenas distante de Trieste en la costa al norte. El mismo data del siglo XIX cuando fue mandado a construir por el archiduque Maximiliano de Habsburgo. Destinado a alberga al archiduque y su esposa, Carlota de Bélgica. La residencia previa del matrimonio antes de partir a México.

Su diseño fue del arquitecto vienés Carl Junker en estilo neogótico en piedra de caliza blanca. Lo rodea un hermoso parque y un “castelleto”. Un palace donde el matrimonio vivió antes de concluir la construcción del Castillo. Y en donde se refugió Carlota a su vuelta de México y aquejada de la locura.
Ciudad llena de historia

Como hemos dicho, Trieste tiene grandes atractivos y mucha historia. Algunos son una agradable experiencia como el Castillo. Y otros no lo son tanto, pero son parte de la historia. Y es algo que no debemos dejar de descubrir cuando viajamos a nuevos lugares.
Risiera di San Sabba, el único campo de concentración nazi en Italia. Es una obligada parada en la visita a la ciudad italiana. Como en todos los campos de exterminio, en este también fueron detenidos y enviados a campos forzados o al exterminio miles de personas. Judíos, prisioneros políticos, los judíos los enemigos del régimen. Un lugar desolador que forma parte de la historia italiana, y en donde se cree perdieron la vida, entre 3.000 y 5.000 personas. Víctimas ya de brutales palizas, gases tóxicos, y muchos también fusilados.
El recorrido en la Risiera nos lleva a las celdas de los prisioneros, los espacios comunes, y un museo con objetos de las víctimas. Y testimonios de aquellos prisioneros sometidos a un triste final. Aunque murieron muchas personas, el campo era un campo de concentración y no de exterminio. Se puede visitar el mismo haciendo un donativo a su museo.
La Plaza de Trieste una ciudad acogedora y vivaz

Ya hemos mencionado las muchas influencias de esta ciudad…por lo que muchos la consideran menos italiana que el resto de grandes ciudades de Italia. Esto se debe a su geografía y a las influencias de otras culturas.
Durante tu visita podrás conocer más de sus costumbres y su gastronomía, visitando su Plaza y el centro de la ciudad, que evoca la influencia austrohúngara. Un paisaje a orillas del mar de lugares preciosos que evocan, insistimos, su historia que se remonta hasta la antigua Roma.
Hay que visitar la Piazza Unitá di Italia. También el Canal Grande muy concurrido y de gran belleza. Se deben conocer sus construcciones como la iglesia de San Spiridione, la Catedral, el antiguo teatro romano y el Castillo de Giusto así como la sinagoga de Trieste, que es la más grande del país.

En esas callejuelas estrechas que evocan su pasado medieval podrás visitar varios cafés llenos de historia. Y desde luego, hacer un viaje en el tranvía, Opicina. Un viaje a través de la ciudad para descubrir sus impresionantes lugares, viajando en un tranvía de madera. Y la emocionante experiencia que el mismo en un tramo del camino ¡se convierte en un funicular! Para conocer la ciudad, también has un paseo en su bus turístico.
Días soleados…rica cocina…y el viento bora….

Trieste es tan acogedora… que por algunos años, acogió al famoso escritor James Joyce, en su exilio voluntario entre 1904 y 1920. Muchas otras grandes personalidades han vivido en esta ciudad italiana…en donde como en todas ellas, se come muy bien. No pierdas la oportunidad de probar la cocina local.
El rico estofado denominado jota triestina…y es que aquí son muy apreciados los estofados. De ello da cuenta otro plato emblemático de la región, el goulash triestino. Degusta sin falta el chifelini un rico dulce de patata. Y por supuesto, si te gusta el risotto ¿a quién no? En Trieste es toda una experiencia…el risotto nero di sepia…

Paisajes arrebatadores del Adriático…una ciudad llena de bonitos lugares…mucha histórica y deliciosa gastronomía…días soleados…y suaves vientos. Excepto cuando el viento bora se hace sentir en la provincia de Trieste. Este sopla desde el norte-nordeste en el mar Adriático, Croacia, Italia, Grecia, Eslovenia y Turquía. Es frío y seco. Se forma a partir de un ciclón estacional en el mar Mediterráneo. Su nombre deriva de la figura mitológica griega de Boreas, el viento del Norte. Y es que Trieste es sencillamente única y perfecta.
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