Hay mucho por descubrir en un viaje a Rumanía, bellas ciudades como Brașov. Preciosa ciudad que se encuentra al sureste de la región histórica de Transilvania. Y que no está muy distante de Bucarest la capital del país. Además, cuenta con aeropuerto, y puedes acercarte a ella a través de carretera en tu coche. Usando autobuses que comunican esta ciudad con otras del país. Y en otoño es una preciosa elección para vacacionar.
La antigua ciudad rumana de Brașov
La ciudad remonta su historia hasta el año 1203. Mucho tiempo ha transcurrido desde entonces. Y la ciudad ha vivido como otros lugares revoluciones y catástrofes naturales. Pero también ha florecido para convertirse en una moderna ciudad, donde se pueden apreciar monumentos de su larga historia. Una vieja ciudad europea con la modernidad de hoy, que tiene ese aire de nostalgia que tanto nos gusta. Y que como hemos dicho, la hace ideal para una escapada en otoño. Sobre todo, si nunca has estado en Rumanía y piensas en ver sus más bonitas ciudades.

La ciudad de Brașov se encuentra situada en el centro del país, en la llamada depresión de Brașov, a una altitud media de 625 metros, en la curvatura interna de los Cárpatos, que linda al sur y sureste con el macizo Postăvaru, cuya montaña Tâmpa rodea a la ciudad. Se encuentra situada a 161 km de Bucarest y entre los municipios de los alrededores se encuentran Predeal, Bușteni, Sinaia, Făgăraș y Sighișoara. La ciudad tiene una superficie de 267,32 km².
Brașov tiene un clima templado continental, y el las montañas suele ser un clima húmedo y frío. Así que los días invernales suelen estar llenos de viento y bajas temperaturas que alcanzan niveles bajo cero. En verano, el clima suele ser cálido. Una ocasión perfecta para disfrutar de esta ciudad en verano. Cuando se pueden recorrer sus paisajes y disfrutar de los deportes como el senderismo o el montañismo. Pero en otoño invierno, es la ocasión perfecta para disfrutar de la temperatura. Porque se puede disfrutar de la estación de esquí Poiana Brașov. Lugar destino de turismo para practicar los populares deportes de invierno.
Es muy fácil llegar a esta ciudad rumana. Hay una eficiente línea de transporte que permite comunicar Braşov con otras ciudades rumanas cercanas. Hacer conexión con Bucarest y también con la mencionada estación de esquí en Poiana Brașov, distante apenas unos 12 kilómetros. También cuenta con una estación de ferrocarril que tiene conexiones a trayectos nacionales e internacionales. Así se puede conectar fácilmente con Bucarest y Budapest. A través de la carretera E60 que conecta con las ciudades de Bucarest y Cluj-Napoca, Oradea y Budapest. La carretera E68 con Sibiu, Arad y Timișoara. Y la carretera E574 a la región de Moldavia.
Qué ver durante tu estancia en la ciudad

Hay muchos puntos de interés turísticos en esta zona de Rumanía. Además de disfrutar de los deportes invernales, puedes visitarla en verano y disfrutar de la activa vida cultural. Hay que ver las impresionantes fortificaciones de Brașov que datan de 1559. Así como los varios museos, como el de Historia en el Ayuntamiento de la ciudad. La Casa Museo Mureșenilor. El museo Muzeul Prima Școală Românească, donde se pueden admirar los primeros libros impresos en lengua rumana. También el Muzeul Fortificațiilor din Țara Bârsei, que es el museo de las fortificaciones de la ciudad. El Museo-restaurante Cetățuia, en la antigua fortaleza del reloj. El Museo de Arte, el Museo de Etnografía y el moderno Museo de civilización urbana.
No menos importantes e interesantes las construcciones religiosas en la ciudad como la Biserica Neagră la iglesia gótica construida en 1384. La Biserica Sf. Nicolae del siglo XIV. La Biserica Sf. Bartolomeu del siglo XII. Biserica Sf. Martin del siglo XVI. Biserica Sf. Petru și Pavel la iglesia barroca del siglo XVIII. Y la Catedral Ortodoxa que data de 1858.
En el centro de la ciudad se debe visitar la Puerta Schei, de 1827. La Piața Sfatului, o plaza del Ayuntamiento. La calle turística denominada Strada Republicii. Así como hacer el ascenso en teleférico o a pie al llamado Monte Tâmpa, que tiene nada menos que 865 metros de altura. Aunque se dice que el Castillo de Bran era residencia de Vlad III el Empalador, y por eso parece ligado a la historia de Drácula, nunca este personaje habitó el mismo, que hoy es uno de los grandes puntos turísticos en la ciudad.
Qué hacer en Brasov

En la ciudad se debe planificar un recorrido por el centro de la ciudad para admirar sus construcciones góticas. También un viaje en teleférico que como hemos dicho, es una estupenda alternativa durante tu visita. Hay muchas opciones para elegir entre visitas guiadas y tours por distintos puntos de Brasov. El casco histórico de la ciudad es visita obligada durante tu estancia.
Hay que visitar la Calle Republicci, esta es una vía peatonal donde se encuentra la máxima animación. Muchos bares y restaurantes para disfrutar de la rica cocina rumana. También tiendas para poder llevar recuerdos a la familia. No puedes visitar la ciudad sin ver la imponente Iglesia Negra que es la iglesia gótica más grande de Rumanía. Misma que data del siglo XIV y donde admirarás un órgano barroco de 4000 tubos.
A diferencia de otras ciudades europeas, el casco histórico de esta ciudad es pequeño. Pero lleno de enorme belleza, que se hace notar en la Puerta de Santa Catalina, la Iglesia Ortodoxa de San Nicolás, que se considera la calle más estrecha de Europa del este y la Sinagoga Neologa. Una ciudad preciosa, y diferente que debes incluir en tu recorrido por Rumania.

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