El reciente ganador del Goya al Mejor Actor por su papel en «Marco», Eduard Fernández, ha decidido abrirse sobre uno de los capítulos más difíciles de su vida: su lucha contra la adicción al alcohol y la cocaína. Durante años, el actor catalán mantuvo en secreto sus problemas con las sustancias, pero en su reciente participación en un programa, sintió la necesidad de romper el silencio y compartir su experiencia.
Fernández, con sinceridad, explicó que reconocer la necesidad de ayuda es fundamental en estos casos. «Esto es una enfermedad», enfatizó, buscando desmitificar el estigma que envuelve a quienes la padecen. El actor relató cómo llegó a un momento crítico en que no pudo continuar solo y fue entonces cuando decidió ingresar a un centro de desintoxicación. Este paso, impulsado por el apoyo incondicional de su pareja actual, le ayudó a comenzar su proceso de sanación. Para él, entender que su lucha no se basaba únicamente en la fuerza de voluntad, sino en la aceptación de su enfermedad, fue revelador. «Pedir ayuda no es rendirse, es el primer paso para salir del pozo», aseguró.
La sinceridad de Fernández también lo llevó a momentos difíciles, como el instante en que tuvo que confesar su lucha a su hija Greta. «Se lo dije a mis padres y a mi hija. Fue doloroso, pero necesario», reflexionó sobre la importancia de mostrarse vulnerable ante los seres queridos como parte del proceso de sanación. A lo largo de la conversación, el actor enfatizó la relevancia de enfrentar las recaídas, advirtiendo que «una de las peores formas de recaer es hacerlo sin ganas». Para él, mantenerse firme y buscar apoyo en una red cercana y en la terapia constante son pilares en su camino hacia la recuperación.
Además de su lucha personal, Fernández compartió sus logros profesionales, destacando un año inolvidable en su carrera con películas como «Marco» y «El 47», que lo regresaron al centro de la atención del cine español. También abordó el doloroso proceso de su divorcio con Esmeralda Babel, la madre de su hija, un fracaso emocional que ha sido complicado de superar. Sin embargo, aprendió que el tiempo y la aceptación son cruciales para cerrar esas heridas.
El mensaje de Fernández fue claro y potente: «Pedir ayuda es el mayor acto de valentía y el primer paso para renacer». Con su testimonio, el actor no solo busca inspirar a otros a enfrentar sus propios desafíos, sino que también arroja luz sobre la necesidad de un cambio en la percepción social sobre la adicción y la búsqueda de ayuda.