La tensión entre España y Argentina se intensifica después de las provocadoras declaraciones del presidente argentino, Javier Milei, hacia Pedro Sánchez. En un acto de agresión sin precedentes, Milei acusó al presidente español de ser un cobarde y de estar involucrado en un plan para derrocarlo. Estas declaraciones han desatado un conflicto diplomático de gran magnitud, poniendo en riesgo las relaciones bilaterales entre ambos países.
Las palabras de Milei han sido condenadas enérgicamente desde España, donde el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, las ha calificado de «gravísimas» y ha llamado a consultas a la embajadora española en Buenos Aires. Estas acusaciones sin fundamentos han generado indignación y firmeza por parte del Gobierno español, evidenciando la gravedad de la situación.
Las declaraciones de Milei reflejan un nivel de paranoia y desconfianza que no tiene base en la realidad, socavando la credibilidad de su propia administración y poniendo en peligro la estabilidad y cooperación entre dos naciones con fuertes lazos históricos y culturales. El desaguisado continúa, mientras el presidente argentino se hace la víctima en medio de un conflicto diplomático que necesita ser apaciguado.
