En la costa este del mar de Irlanda, fundaron en el 841, los vikingos, Dublín. Por aquel entonces la hoy capital de Irlanda, era apenas una base militar. En donde también operaba un centro de comercio de esclavos. Para la Edad Media su importancia era tal que se convirtió en la capital del país. Hoy Dublín, es una ciudad europea antigua pero tan moderna como la más. Con gran atractivo que la convierte en un destino turístico importante en Europa.
Conocer Dublín la capital de Irlanda
Dublín cuenta con un paisaje singular y excepcional, gracias a una cadena de montañas y las tierras de cultivo. A través de la ciudad transcurre el río Liffey aunque también cuenta con los ríos Tolka y Dodder. Es un paisaje donde precisamente destacan sus corrientes de agua, el Gran Canal en el lado sur y el Canal Real en la zona norte y el río Shannon.
Su clima suele ser parecido a otras ciudades europeas, pues la ciudad cuenta con un clima marítimo. Esto permite disfrutar en la misma de inviernos suaves y veranos frescos. Los veranos suelen ser cómodos porque en Dublín nunca se ven las temperaturas extremas de otras regiones europeas. Precisamente el verano es la mejor época para visitar la capital irlandesa. Ya que los meses más soleados son mayo y junio. Aunque también puede disfrutarse febrero, que es el mes más seco del año. Aun así es una ciudad donde no falta la lluvia a lo largo del año, aunque en poca cantidad. Las nevadas se hacen presentes en noviembre y marzo.
El otoño suele ser una temporada de gran atractivo para los que disfrutan del viento. En Dublín soplan fuertes vientos del Atlántico en otoño. Y sus paisajes suelen ser también encantadoras estampas llenas de colorido.
Qué hacer en la capital de Irlanda
Esta ciudad suele ser muy atractiva por sus propuestas culturales. Dublín siempre ha destacado en el campo de la literatura pero también en la actividad teatral. De Dublín proceden precisamente grandes figuras literarias. Tales como William Butler Yeats, George Bernard Shaw y Samuel Beckett. Así como Oscar Wilde, Jonathan Swift, Bram Stoker, J. M. Synge, Sean O’Casey, Brendan Behan, Maeve Binchy y Roddy Doyle.
Uno de sus habitantes hizo precisamente famosa a Dublín, James Joyce. Porque en muchas de sus obras, la bonita ciudad irlandesa es el escenario de Dublineses y Ulises. Y en tu visita a esta ciudad puedes visitar el Museo de la Emigración Irlandesa. En este recinto ubicado en la zona portuaria de la ciudad, podrás conocer la historia de los emigrantes irlandeses. Tanto de la época moderna como de la antigüedad.
Otro punto de gran interés es el Museo Nacional de Cera. Al igual que otros recintos de su tipo, en nada menos que 1.200 metros con replicas en cera de estrellas de Hollywood, científicos, cantantes y más.
También se puede admirar la historia a través de sus monumentos. Uno de ellos, la cárcel de Wicklow Gaol a donde se ofrecen visitas guiadas. Descubre cómo era una cárcel del siglo XVIII y la vida que llevaban los prisioneros en la misma.
Otras paradas para conocer esta bonita ciudad de Europa son la Biblioteca del Trinity College. Donde se encuentra el famoso manuscrito de Kells. Este es un manuscrito de los monjes celtas de gran relevancia. También hay tours que se pueden disfrutar en autobus o a pie por el centro de la ciudad. Hay que decirlo, Dublín es sencillamente impresionante.
Disfruta de la noche dublinesa
Igualmente que cultural, Dublín es una ciudad muy activa y divertida. Se puede disfrutar durante la estancia de las puestas en escena de varios de sus teatros. Entre los más famosos Gaiety, Abbey, Olympia, Gate y Grand Canal. Hay que visitar el famoso edificio Helix, un centro cultural en el campus de la Universidad de la ciudad. En el mismo se ofrece habitualmente conciertos, obras de teatro, para todos los gustos.
Hay una variada e interesante propuesta gastronómica, así que durante tu estancia disfrutarás de la mejor cocina. La cocina del país suele ser tradicional y sencilla pero muy deliciosa. En todos los restaurantes es fácil encontrar platos como el estofado irlandés. cordero con patatas, zanahorias y cebollas. La ciudad también es famosa por su cremoso puré de patatas moteado con cebollines verdes. Y en postres, nada como su pastel de patata que es muy apreciado. También dentro de su cocina podemos deleitarnos con ricas empanadas de patata, tocino y repollo.
No dejes de probar el delicioso asado de jamón al horno con azúcar y el popular el “pan de soda” hecho con bicarbonato. No menos deliciosos el plato de cerdo con miel. Así como la chuleta de cordero con crema de menta o el faisán relleno de castañas. En verano es temporada de deleitarse con las fresas acompañadas ce crema y miel. Aunque en cualquier momento se puede disfrutar del pudín de queso, la tarta de manzana o las galletas de avena.
Dublín es como hemos dicho, una vieja ciudad, perfecta para esas escapadas en que queremos realmente disfrutar. Nada de ajetreados viajes, solo una estancia para pasear por la ciudad. Probar su cocina, ir al teatro, y vacacionar de verdad.
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